Querido cuaderno de Bitácora, vigésimo primer día del quinto viaje.
Hoy si siguiéramos la dinámica de los ciclos previos sería el último día del viaje, pues estos fueron de 3 semanas de duración. Pero este viaje es diferente. Este viaje a priori no será de 21 días, sino de unas cinco semanas y media, si el próximo 15 de enero llegamos a la ansiada Isla. En este viaje, al menos, no tenemos las 4 visitas al barco KS de rigor. En este viaje solo tendré dos, la del día 10 de enero para el control de cómo anda mi preciado líquido rojo y la ya mencionada del día 15 donde esperamos poder atracar en el puerto de la Isla.
Ayer el día tuvo un orden diferente a los anteriores. Por la mañana llevé a mi hermana Eva al aeropuerto y luego llegó el turno de comer y dar un paseo con Marta por la ciudad. Al final de la tarde-noche empezó a nevar, pero fue poca cosa. El caso es que fue del espesor suficiente como para poder teñir de blanco la calle y los coches. Luego los grumetillos irán a ver si se pueden deslizar por la nieve. Este año, aún no ha nevado lo suficiente como para que se mantenga la nieve durante muchos días.
Hoy por la mañana iremos a andar con Marta, Susana y Mario. Quiero enseñarles otra parte de la ciudad e intentar si tenemos suerte que vean por dentro el estadio olímpico de Estocolmo. Allí nos encontraremos con los grumetillos y mis padres, para luego ir dando un paseo hasta el centro y poder comer por allí.
Por la tarde, pues supongo que reposo y seguir poco a poco, vaciando la casa. Ya va quedando menos. Y por hoy mi querido Diario nada mas.
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