Querido cuaderno de Bitácora, décimo noveno día del quinto viaje.
Estos días están siendo una bendición. Estas navidades, claro está, están siendo y serán inolvidables. Este compañero de viaje que tengo, el cáncer, las hacen más especiales. El hecho de no haber podido viajar a España y que la familia lo haya hecho a Suecia, es algo que nunca podremos olvidar. Ya va quedando menos para poder coger un medio de transporte. Quiero reseñar, que de todos los medios de transporte, uno de los más peligrosos para una persona con el sistema inmune comprometido es el avión. Normalmente el espacio es reducido y se pasan muchas horas allí. Con lo que el riesgo de coger una infección en un avión es superior a otros medios de transporte. Estos días, pues para poder enseñarles la ciudad a la familia, pues voy andando junto con ellos. Cuando alguien anda más cansado pues se vuelve en transporte público. Yo sigo mientras sumando quilómetros en mis piernas. Ya llevo un poco más de 800 km andados desde el 16 de septiembre.
Hoy iremos a dar una vuelta por la mañana con la idea de ir a comer un perrito caliente en uno de lo sitios más famosos de la ciudad, Gunter’s, por hacer algo distinto. Por la tarde iremos a otro sitio o descansaremos.
Yo mientras me sigo encontrando igual que en días pasados. Durmiendo casi todos estos días entre 7 y 8 horas sin la ayuda de pastillas o infusiones. Y levantándome descansado que es lo más importante. Seguimos en la expedición aguardando poder llegar a la isla soñada el 15 de enero. Mientras pues habrá los controles del preciado líquido rojo gracias a la extracción que hace la tripulación de tierra. El caso es seguir controlando como van las defensas, como va la Hemoglobina y plaquetas, etc.
Y mi querido Diario, mañana quizás mas.
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