Querido cuaderno de Bitácora, octavo día del quinto viaje.
Ayer al final antes de comer dimos una vuelta en bici la familia entera y después de comer salí a dar un paseo y a hacer unos recados. La verdad es que la ciudad de noche está también muy bonita. Iluminadas las calles por la navidad y las ventanas de las casas por el adviento.
Por la tarde seguí acabando de preparar más detalles y cajas para “ocultar” las bolsas de pócimas que reciben los niños en alta mar (quimioterapia). El miércoles tras el TAC quiero pasarme por el área de oncología del hospital para enseñarles el proyecto que empezara hace años en Brasil y en España se ha extendido mucho también su uso. Ya os contaré si el Hospital y la Fundación para los niños con cáncer aceptan estudiar el tema. ¿Qué mejor regalo de cumpleaños podría ser?
Hoy el día, que aún no ha amanecido parece que por la mañana dará tregua de agua, por lo que me iré a dar el paseo de rigor tras dejar a los grumetes en la escuela. Martín hoy seguirá con el ensayo del musical de Robin Hood que mañana veremos.
Tras el paseo, tiempo de estudiar un rato lenguas extranjeras, fundamentalmente inglés, y luego comeré y quedaré con un compañero del trabajo, Mike, para tomar un fika (pausa con café y/o bollo).
Y mi querido diario, el tiempo pasa y va quedando menos. Mañana más.
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