Querido cuaderno de Bitácora, séptimo día del segundo viaje.
Pues hoy la noche ha sido de esas que aunque no hayan sido de horas seguidas de dulces sueños, no me ha venido a visitar mi «amigo» el desvelo. Lo que está francamente muy bien.
La mañana se ha levantado con nubes, pero no amenaza lluvia. Hemos estado dando un paseo con una familia amiga. Los niños y los no tan niños nos lo hemos pasado bien. Luego ha llegado el turno de preparar las viandas para la comida, siendo esta vez ensalada y hamburguesa de carne de alce. Y la tarde hablando con ellos. Una gran jornada de amistad.
El resto del día será el clásico previo al lunes, organizar a los grumetillos e irse a dormir pronto.
Mañana será el octavo día de este segundo viaje, en el que por la tarde iré al KS para embarcarme en otra travesía rumbo a la última sesión de líquidos de este viaje. A partir de esa sesión guardar extrema precaución para no caer enfermo, pues las defensas estarán por el suelo.
Y mi Querido Diario, hoy no tengo mucho más que decirte.
Viaje largo y tedioso para hombres tenaces e insistentes como tu. A seguir con fuerza.
Así será.