Querido cuaderno de Bitácora, trigésimo primer día del quinto viaje.
Al final ayer la tripulación de tierra no vino a por mi preciado líquido rojo. Tras llamarlos, me dijeron que habían hablado con la tripulación del KS y que no tenía sentido hacer una analítica el martes y la completa el viernes, por lo que un test menos.
Hoy el día se ha levantado muy ventoso. Ya es un día de vuelta a la rutina. Los grumetillos están desayunando y en breve los llevaré a la escuela. Luego me iré a correr un poco y tras llegar, turno de ducharme, desayunar y seguir recogiendo cosas en casa. Mañana ya vienen a por las cajas y los muebles. Qué poco queda ya para estar en la nueva casa. Serán días de locura buscando las cosas de las cajas, pero bueno, como con el correr, sin prisa pero sin pausa.
Por lo demás pocas novedades te cuento. Yo físicamente me encuentro como los últimos días. Pocos cambios. A ver si me cuentan de dónde vienen o cómo podemos eliminar o reducir los dolores en ciertas articulaciones, como en algunos dedos de las manos. De hecho me he quitado la alianza pues el dedo estaba más hinchado de lo normal. Me costó quitarla bastante. Supongo que efectos de toda esa quimio que ha ayudado a combatir el linfoma. Por lo demás, el pelo poco a poco va saliendo. Es fino, y como dice todo el mundo se hará muy fuerte y rizado. Tiempo de más cambios.
Y por hoy mi Diario nada más.
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