Querido cuaderno de Bitácora, nonagésimo día de una nueva vida.
Mi Diario, hoy Lunes de Pascua me vuelvo a dirigir a ti. Hace días que no te escribía. Ya lo sabes, cada vez pasará más y más tiempo entre cada entrada en tus páginas.
En estos días, te reconozco que pocas novedades han acontecido. Por mi parte sigo más o menos como siempre. Quizás ya se me duerme con muchísima menos frecuencia las manos, es decir, es raro que me pase. Lo que es muy bueno. Por otro lado, dentro de los efectos de las pócimas en alta mar (quimioterapia) tenía las uñas como onduladas, ya solo queda una onda en ambos pulgares de las manos… y por otro lado, hoy supongo que sea la primera vez que me corte el pelo la grumete Marta desde que empezara la quimio, allá por el 16 de septiembre. La vida poco a poco se normaliza en ese aspecto. De mis molestias articulares, pues parecido. El dolor que tenía sobre las rótulas ahí siguen, pero no me impiden el poder hacer sesiones cada vez más largas en el rodillo con la bici. Mis molestias en los Aquiles, ahí están, pero menos ya. Quizás hoy que es festivo aquí por estas tierras viquingas, salga a trotar y probar. La artritis en las manos, parecido, no mejora. Pero ya no tengo ese hormigueo fruto de esa neuropatía química. Con lo que poco a poco seguimos con paso firme.
Espero escribiros el próximo fin de semana. Algo os podré contar. Si todo va bien el día 27 de abril me iré a la clínica de rehabilitación en Sigtuna. Veremos a ver si el Bicho (Covid) nos deja.
En estos 8-9 días desde la última entrega pocas novedades en este mundo hoy por hoy tan extraño debido al Bicho, este COVID. Aquí en Suecia por haber sido semana santa y la gente se ha ido o porque la gente está más concienciada, se ve poca gente por la calle. Mucha menos de lo que sería normal con este buen tiempo que hemos tenido estos días. Nuestra rutina es la misma de la última vez. Salimos de casa a diario solo para ir al colegio, y compras de comida. Si que esta semana volvía a entregar más monturas para esas pantallas de protección para el personal sanitario. Las últimas pues parece que una empresa va a producir de ese modelo unas 18.000 diarias. Contento por haber podido ayudar un poquito.
Y en el fin de semana cogemos un coche para saliendo de la ciudad ir a hacer alguna ruta de senderismo toda la familia junta. El pasado sábado estuvimos de nuevo en el Parque Nacional de Tyresta al sureste de Estocolmo. Esta vez fuimos a otra parte del parque donde hicimos una ruta de unos 7 kilómetros donde los grumetillos se comportaron como auténticos jabatos. Os pongo unas fotos de la excursión.
Y hoy por hoy mi Diario, creo que no te cuento mucho más. He intentado ser breve. Si que acabaré como la semana pasada agradeciendo a todo ese personal que está en esa primera línea del frente en esta “guerra”. Sois muy grandes.
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