Querido cuaderno de Bitácora, cuadragésimo tercer día de una nueva vida.
Ayer mi Diario fue un día donde los grumetillos se comportaron de manera maravillosa. Estuvimos andando unos 15 km según lo que dice el móvil. El caso es que salimos del hotel antes de las 8 de la mañana y cual neoyorquinos desayunamos un café y un donut en un carrito de la calle. Desde ahí fuimos andando hasta el Vessel, esas escaleras en forma de colmena. Luego recorrimos toda la “High Line”. Una antigua vía de ferrocarril elevada, que se ha reconvertido a un jardín. Para después cogiendo el metro llegar a Chinatown y la pequeña Italia. Donde comimos y luego dimos otro paseo hasta el emblemático edificio Flatiron, que estaba con andamios. Ahí ya cogimos el metro para llegar al hotel, hacer una parada y luego por la tarde salir a ver Times Square de noche. Otro día más que no hemos descansado mucho.
Hoy mi Diario, quizás veamos menos cosas, pero serán como siempre muy chulas. Del hotel pasando por Central Park iremos al museo de historia natural. Y luego Dios dirá, quizás vayamos a la cima del Rockefeller Center o al Empire State para ver el atardecer y las luces de la ciudad desde arriba del todo.
Por mi parte, pocos o ningún cambio. Los talones es lo que más me duele después de estar mucho tiempo andando. Es pararme y al volver a retomar la marcha es un dolor muy agudo. Por lo demás, pocos cambios.
Y mi Diario, mañana viernes algo más seguro. Desde la ciudad que nunca descansa.
Debes ser identificado introducir un comentario.