Querido cuaderno de Bitácora, vigésimo segundo día de una nueva vida.
Ayer mi Diario, pues tercer día de regreso a la oficina. Poco a poco vamos cogiendo algo de ritmo. No es lo mismo estar todo el día en la oficina que trabajar a ratos desde casa como lo hiciera en septiembre y octubre principalmente. Ayer al final no salí a correr, el día no animaba a ello. Tengo que intentar vencer la pereza y salir aunque llueva, nieve o como ayer haga mucho viento.
Hoy mi Diario, pues hemos vuelto a seguir durmiendo lo que ya va siendo normal entre 7 y 8 horas, lo que no está mal, o al menos así me lo parece. Hoy otro día más en la oficina tras dejar a los grumetillos en la escuela. Día en el que poco a poco cogeremos más ritmo y con más reuniones. Pero bueno, soy afortunado por contar con un buen equipo con el que poder poco a poco ir reenganchándote y subiéndote a este tren en marcha. Hoy ya es jueves y poco a poco ya nos acercamos al fin de semana.
Por mi parte, sin novedades. Ya va quedando menos para quitarme la medicación que empezara al principio de la expedición, en concreto solo me queda de aquella etapa el antibiótico bactrim, que lo dejaré de tomar el día 23 de febrero, día en el que cogeremos un avión toda la familia rumbo a otro continente, pero solo para estar de vacaciones, pues en el caso de Marta no ha salido de Suecia y Noruega desde el 28 de junio del 2019. Los grumetillos estuvieron hasta mediados de agosto en España, momento en el que en un viaje relámpago los trajera a Suecia junto a mis padres.
Este viaje, del que tenemos ganas, será como un viaje de celebración- Celebración de que de momento hemos conseguido aplacar mi enfermedad. Mi Diario, ya te iré contando más cosas y detalles del mismo. Será algo maravilloso para la familia.
Por mi parte nada más que contarte por hoy.
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