Querido cuaderno de Bitácora, décimo tercer día del quinto viaje.
Ayer al final solo me di el paseo por la mañana pues por la tarde nos quedamos en casa. Pero no me quejo, pues estuve andando casi 11 kilometros, por lo que seguimos sumando kilómetros para recuperarnos cuanto antes. Sigo ansiando el volver a trotar o correr suavemente. Me pongo como punto de partida el día en el que la hemoglobina llegue a 120, un poco por debajo del valor mínimo de 130 aproximadamente a partir del cual se podría considerar que ya no hay anemia. Tampoco volveré a correr como que no hubiera un mañana, pues ni el coco ni el cuerpo están preparados para ello. Además, antes de exigirle al cuerpo más de lo normal, quiero estar seguro de que el corazón lo puede hacer en condiciones seguras. Corazón solo tengo uno.
Hoy iré a andar antes de coger el coche e ir a hacer la compra. Luego turno de comer fuera y pasar la tarde en casa. Ya el día de la mudanza se va acerando con lo que va siendo hora de ponerse las pilas para hacer cajas. Va quedando cada vez menos tiempo.
Físicamente yo me sigo encontrando bien. Poco a poco iré volviendo a esa normalidad de tiempos pasados. Será lento ese regreso, pero llegará en un tiempo. Mientras tanto, a seguir haciendo el ejercicio que se pueda, pues en el fondo será bueno para tener el cuerpo listo. De medicinas, pues solo tomo dos: Bactrim y Valacylovir. Del último solo me quedan como dos semanas. El día 9 de enero último día para tomarlo. A partir de ahí, solo una pastilla salvo que el día 15 de enero la Capitana Palma cambie el protocolo de medicación.
Y creo que por hoy, mi querido Diario, nada más.
Debes ser identificado introducir un comentario.