Querido cuaderno de Bitácora, sexto día del cuarto y último viaje.
Ayer aprovechando que hoy no es día ni de escuela ni de trabajo, pudimos acostarnos casi todos algo más tarde de lo normal. La noche ha transcurrido normal, pudiendo dormir algo más de 7 horas, por lo que para las semanas con tanta prednisona en el cuerpo, me doy por contento.
El día se prevé con lluvia. Hoy tras desayunar iremos a hacer la compra en búsqueda de viandas con las que poder pasar la semana. Luego turno de comer y si siguen dando lluvia guarecernos en casa.
Por la tarde, turno de hacer la cena e ir a la cama. Aprovecharemos también para trasnochar algo más de lo habitual en el día a día.
La foto en la que se ve el edificio color amarillo. Es la del centro de salud donde todo empezó un 30 de abril. En aquel momento se sospechaba de meningitis o encefalitis, al salir negativo. Y 15 días después fui otra vez derivado a urgencia, porque al médico algo no le cuadraba. Al final allí en urgencias fui «acogido» por el Departamento de enfermedades infecciosas. Qué tras pruebas y pruebas e ir mejorando todas las analíticas, hasta la del 7 de agosto, no revelaba nada. Fue tras aquella en la que con el primer TAC se revelaron las masas en muchos nodos linfáticos. De ahí me pidieron en hicieron biopsia de médula ósea (salió negativa a leucemia o linfoma) y biopsia de un ganglio del mediastino. Ésta dio la clave para la detección del cáncer de sangre. Algo, mi Diario, que creo nunca te había contado.
Hoy no hay grandes novedades que contarte.
Y mi querido Diario por hoy nada más.
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