Querido cuaderno de Bitácora, undécimo día del primer viaje.
Pues ayer al final decidí cambio de rumbo en mis paseos. Me acerqué al que era mi lugar de trabajo, a llevarles las viandas que mis grumetillos probaran para desayunar. Mis Amigos, Compañeros, los degustaron de muy buena forma y sin dejar ni uno. Tendré que hacer más…
Luego mañana clásica de comer; descanso; administración de líquidos subcutáneos, quién me lo podía decir a mí hace solo 4 meses; recoger la casa y darle vida al cerebro, trabajando un poco y luego…
Luego vinieron a pasar la tarde unos compañeros del trabajo. Sería injusto llamarlos solo así. Son Amigos con los que compartimos viandas procedentes de tierras orientales, lo llaman Tailandia. La velada siendo día de entre semana, hubo tristemente que acortarla, pero bien podíamos haber estado horas y horas disfrutando de esa mutua y agradable compañía.
Ayer también tocaba acercarse a la estafeta de correos. ¡Madre mía! Mi Familia, amigos y mis compañeros de Escuela, esa que me viera crecer -poco, por cierto- me llenaron sacas y sacas de mensajes. Familia, Amigos, compañeros, GRACIAS.
Y como tantos y tantos días, ya amanece. Cierto es que cada día lo hace más tarde. En estas latitudes una cosa que es curiosa con respecto a mi querida España, es cómo ahora perdemos minutos diarios de luz a pasos de gigante.
Hoy la jornada se presenta acompañando, previsiblemente, a la Grumetilla Gadea a su escuela; y luego recoger la casa y esperar la llegada de la tripulación de tierra, para que se lleven el líquido preciado rojo. Quizás hablemos de cómo estamos, de cómo poder luchar contra mi “amigo” y compañero de noches, el insomnio. Y me den alguna pócima más en forma de medicina.
De esto quería dedicarte, Diario, unas líneas. Aquí por estas tierras, los tripulantes del KS, sólo quieren que pises el barco para recibir líquidos que palien o erradiquen la enfermedad y/o reunirte con los capitanes para hablar de cómo progresa el tratamiento. Para las extracciones de líquidos; recibir pócimas en forma de pastillas; recibir inyecciones de antibióticos; de plaquetas o sangre; junto con hablar y terapia, se realiza en tu propia casa. Entienden que el hacerlo en tu entorno es mejor y menos traumático en el día a día, que tener que ir al Barco a sacar la sangre, visitar boticas, o ir a alta mar pare recibir tratamientos no contemplados. La tripulación de tierra está noche y día dispuesta a ser llamada y acercarse con su carruaje a tu hogar, en caso de apariciones de fiebres. Es algo que alivia mucho, al menos para mí es algo de lo que solo podré dedicarles palabras de agradecimiento. Del tema de que el KS te ponga un taxi a su costa para ir y volver del hogar al puerto, pues lo mismo, atención y preocupación, para con la gente que tiene que abordar estas travesías en mar y tierra en momentos duros.
Después de que se haya ido la tripulación hemos preparado las viandas, que en resumen suelen ser siempre, ración buena de hidratos de carbonos, verdura y proteínas. En estos momentos intentamos que mientras se pueda, siguiendo instrucciones de la tripulación, movernos lo que el cuerpo pueda, pero siempre escuchándolo. Llegarán previsiblemente días en los que no podamos andar esos 6-7-8 kms al día. Bueno, se irá viendo. Mientras nutramos de oxígeno al cuerpo y a la mente. Ambos vitales en este largo y duro caminar.
Y de la tarde, pues nada extraordinario. Ya, mi querido Diario, compañero de fatigas, mañana te comento cómo fue el día. Seguro que habrá alguna historia apasionante o no, que sea digna de ser aquí plasmada.
Vamos!!!!!
Que fortaleza!!!!!
Muchos ánimos.