Querido cuaderno de Bitácora, quinto día del segundo viaje.
Ayer el día transcurrió como te contara. Vino la tripulación de tierra y me extrajeron la sangre y conversamos un rato sobre cómo me encuentro. Una vez hubieron abandonado mis dependencias, me preparé para salir. Fui en bici hasta la isla de Kungsholmen y recorrí su perímetro estando siempre cerca del agua, más bajo o más alto. Un recorrido enriquecedor. Aquí alguna foto de ayer. De cara a mantener las energías al máximo, durante el recorrido, siguiendo los consejos de los tripulantes que saben de esto, tomé un sandwich y frutos secos durante la caminata.
Luego llegó el turno de volver a casa y comer, trabajar un rato, y recoger a Gadea.
La tarde transcurrió cerrando temas de trabajo, buscando pisos, etc… y ya luego cenamos y nos fuimos a la cama. Mi noche… pues volviendo a las andadas de dormir como 4 horas y media o 5 horas, pero hoy después de eso y de estar leyendo no he podido conciliar el sueño mucho más. Quizás aumente la dosis de pócima hasta el valor que me dijeron… ¿Nervios? ¿efectos de la prednisona? No lo sé… quizás una mezcla de todo. Nervios por el tratamiento no, pues de la sangre extraída por la mañana los valores que reflejan es que podemos seguir con la travesía planificada del lunes. Que sería la última travesía de este viaje.
El día se prevé con lluvias en la mañana, con lo que intentaremos salir pronto a andar o con la bici, de forma, que para la hora de regreso no nos pille el agua.
Luego llegará el turno de trabajar un poco, comer y descansar. Y la tarde como las demás. Con pocas novedades, lo que a veces es buena señal. Veremos qué nos depara el fin de semana. Al menos lo bueno es que tenemos idea de quedar con grandes amigos.
Y mi Querido Diario, si hay algo que reseñar para mañana, te escribiré unas líneas.
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