Querido cuaderno de Bitácora, centésimo undécimo día de una nueva vida.
Hoy mi Diario ha arrancado otra travesía en el barco de M de Sigtuna. La semana comienza en Estocolmo, desayunando y tras despedirme de mis rayos de Sol, cogí el taxi que me trajera al barco. Una vez en el barco, fui a la habitación, dejé las cosas y me cambié para ir al gimnasio un rato y luego ya empezar con la gimnasia de calentamiento. He de decirte que esa gimnasia es muy ligera y permite poco más que activarte, pero bueno. La he hecho por ahora, veremos en los días que siguen si no me hago mis 30’ en bici, corriendo o en otros ejercicios.
Tras la gimnasia llegó el turno de la gimnasia en la piscina, que es más intensa y divertida, al menos casi todos opinamos de igual forma. Pasada la piscina, ya llegó el turno de comer. Verduras asadas y pescado en salsa. Y ya después de comer empecé el puzle que espero acabar esta semana, iremos viendo. Si lo consigo genial, si no lo consigo no pasará nada.
Tras un rato de puzle, bajé a una charla de linfedema… en Sueco, en fin. Mañana creo que hay una charla de stress y sueño, si no va a haber nada en inglés, creo que no iré. No es plan de estar una hora sin entender casi nada. Algo si entiendo, pero por extrapolación de palabras sueltas. ¡Qué se le va a hacer!. Tras esa charla decidí irme a dar un paseo por cerca del barco, a un circuito muy bonito entre árboles, en total unos 6,5 km a ritmo alegre, en poco más de una hora.
Tras el paseo turno de cenar comida rica y novedosa para mi. Pasta con una boloñesa de lentejas en vez de carne y tras esto. Otro paseo hasta el centro de la ciudad para tomar la clásica Coca-Cola zero. Ya de vuelta seguí un rato más con el puzle.
Y mi Diario, por hoy poco más. Mañana seguro que te cuento algo más.
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