Querido cuaderno de Bitácora, décimo tercer día del cuarto y último viaje.
En el paseo de ayer pude disfrutar de la poca nieve que cayó por la mañana. Es increíble cómo cuatro copos pueden embellecer tanto a una ciudad.
Al llegar a casa reposé un rato y luego ya llegó el turno de cenar. Nosotros, que ya cuando vivíamos en España éramos de cenar pronto, aquí aún un poco más, normalmente antes de las 7 PM ya estamos cenando.
Tras la cena me puse mi última inyección G-CSF (Granulocyte colony-stimulating factor). Sobre estas inyecciones que me he ido pinchando yo mismo, ya os he hablado en más de una ocasión. Mientras ahora os escribo, aún no ha amanecido, la pelvis me está doliendo y me he despertado por ello. Ya me he tomado Oxycodona para paliar esos dolores. El caso es que debido a mis pócimas recibidas en alta mar, en la segunda semana de cada viaje me encuentro en situación de Neutropenia, lo que viene a ser, valores de los neutrófilos muy bajos o casi nulos. Como los he tenido así en la segunda semana de cada viaje, la G-CSF ayuda a subirlos. Esta inyección se emplea en muchas circunstancias, todas generalmente asociadas a neutropenia. El caso es que ayer me puse la última, espero y rezo, que sea por meses o años. Pero como llevo diciendo desde el origen de esta expedición, lo que tenga que ser será, y así hemos de vivir con ello. Afrontando las adversidades de cara y tratando de que sea con la mejor actitud posible, por uno mismo y por el entorno que te rodea.
Hoy el día se prevé que sea despejado, lo que implica que será un día con temperaturas frescas… o menores que 0. Algo que es normal, cuando estamos tan cerca del Polo Norte. Eso no quitará que por la mañana me de mi paseo de rigor, corto, no más de 7 kilómetros. Quiero seguir alargando una semana más mis caminatas restringidas a esa distancia junto con una dieta rica en hierro.
Después de comer, pues reposaremos hasta la llegada de unos grandes amigos con los que hablaremos un rato, hasta que tengan que irse de cena de empresa, dejándonos a sus grumetillos, Alba y Adrián a pasar la tarde y la noche. Qué decir, que Gadea y Martín, están más que contentos, por tener su «Sleepover», vamos, lo que viene siendo en español, dormir y jugar con sus amigos. ¡Cuánto os echaremos de menos a partir de julio!
Y mi querido y fiel Diario, mañana más.
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