Querido cuaderno de Bitácora, noveno día del cuarto y último viaje.
Ayer fue un día cargado de emociones. Era el final de tener que embarcarme en el barco KS para recibir esas pócimas en alta mar (sesiones de quimioterapia). Allí me despedí del equipo y en especial de Jessica, una joven enfermera que ha hecho que 12 de las travesías a alta mar hayan sido más sencillas. Súper profesional pero con esa pasta que quizás tenga todo el personal sanitario, pero por descontado, los que trabajan en oncología, que se paran unos segundos a oírte a sabiendas de que tienen mucha gente a la que atender. Gracias Jessica, gracias por hacer más sencillo tener que estar allí conectado a máquinas recibiendo esas pócimas.
Por la tarde acabó como os dijera. Nada nuevo.
Hoy como digo yo, empieza una «nueva etapa», en esencia como puede leer mi Diario, sigo en mi noveno día de mi cuarto y último viaje, eso significa que este ciclo sigue aún, pues acabará el día veintiuno. Sólo me quedan pócimas mágicas en forma de pastillas, esta semana con la Prednisona, mis 75 mg/día hasta el domingo. Del resto de pócimas, pues cuatro días más de mis «queridas/odiadas» inyecciones G-CSF que las acompaño de Oxycodona para evitar volver al barco en carruaje especial. Y de las pastillas Bactrim y Valacyclovir. Las primeras durante tres meses desde que acabe este viaje, y las segundas solo un mes. En enero con la consulta si hay algún cambio ya me dirá la Capitana Palma.
Aún no ha amanecido, pero como ayer, nubes y quizás algo de lluvia, pero poca. Tras haber dejado a los grumetes en la escuela, he ido a dar mi paseo, para al menos seguir activo, pero algo corto, han sido unos 6,5 km. He ido desde casa bordeando el lago Mälaren, hasta la isla de Längholmen. Pero no daré la vuelta entera, serían 600-1000 m más, esta semana poco. Y si el jueves la hemoglobina está bien, ya volveré a mis caminatas de 10-14 kilómetros.
Después del paseo, tiempo de ponerme ya en modo lenguas extranjeras. Retomar el sueco y el inglés. Y como martes que es, turno de hacer la lavandería, preparar las viandas de la comida y seguir con algo que me permita rellenar el día a día. Pues esta expedición aún no ha acabado, estamos en la buena línea, pero aún queda la prueba del TAC el día 18 de diciembre y después la consulta con la Capitana para que nos diga cómo está todo y si pasamos o no a revisión. O si hacen falta más pruebas. Pero la Isla cada día está más cerca. Hablando de la Isla, aquí os copio el poema “ÍTACA”, UN POEMA DE KONSTANTINO KAVAFIS. Me lo ha pasado mi tío Alberto. Y me ha parecido muy bonito.
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
Edición y traducción de Pedro Bádenas de la Peña, para Antología poética, de Alianza Editorial. Madrid, 1999.
Y mi querido Diario algo habrá para contarte mañana.
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