Querido cuaderno de Bitácora, quinto día del cuarto y último viaje.
Ayer por la tarde pude ver los resultados sin validar por los capitanes del KS de la extracción del preciado líquido rojo (analítica de sangre). La tripulante de tierra, como ya hiciera hace dos semanas, sacó un poco más de líquido para poder hacer de nuevo un test de BAS. Es decir, un test, creo, de compatibilidades sanguíneas para que en el caso de que fuera necesaria una transfusión debido a mis ínfimos valores de hemoglobina evitar que pudiera haber problemas. El caso es que según los resultados, nos volvemos a librar otra semana. Mi valor de esta semana es de 86 mg/l. El límite que la Capitana estableció el 4 de septiembre fue que por debajo de 80, transfusión.
Después de ello y ya por la tarde, fui a hacer la compra y ese fue el paseo, más corto de lo que acostumbro.
Aún no ha amanecido, pero he dormido muy bien, o eso creo. Desde las 22 hasta casi las 5:30 AM. Unas 7 horas y media. Hoy lloverá por la mañana, por lo que intentaré aprovechar para ir a por esos 5 kilómetros diarios que me marco esta semana y la que viene para no castigar al cuerpo, aunque llegue a casa descansado o sin muestras de cansancio.
Después, la mañana será turno de trabajar un poco y estudiar lenguas extranjeras, o eso pretendo, veremos si mi coco piensa lo mismo.
Ahora que se va acercando el final del tratamiento, el próximo lunes 25 de noviembre será, de momento, el último día que tenga que embarcarme en el KS para ir a alta mar, debo planificar mi día a día. De lo contrario, podría entrar en una situación de estrés por no tener nada fijo en lo que ocupar la mente hasta que me dejen poder estar de continuo y sin riesgo trabajando en la oficina. De momento mis defensas, esta semana, no están en situación crítica, pero la semana que viene por ejemplo sí. Estaré durante uno o dos días, sin neutrófilos y leucocitos. Y el resto de valores pues generalmente por debajo de los mínimos. Y la famosa Hemoglobina, la que nos transporta el oxígeno por el cuerpo, no se sabrá hasta el jueves. En fin, como me dice mucha gente que está al otro lado de la mesa… tranquilo, ya volverás… Pero soy activo y a mí me causa más estrés que relajación quedarme en casa sin poder hacer nada. De ahí que para el mes de diciembre toca rellenar la agenda de actividades como si estuviera en el colegio o la universidad. Planificarme el día con “obligaciones”.
En fin Diario, te escribo lo que siento, como lo hago desde ese 16 de septiembre, cuando nos iniciáramos en la primera travesía a alta mar. Escribo desde el corazón. Nunca he sido escritor ni he tenido un Diario. Ahora te tengo a ti. Que me acompañas en silencio en esta expedición.
Del resto del día lo de siempre. Con la salvedad de que al ser viernes, no hay tanta prisa o necesidad de acostarse pronto. Mañana la Grumete jefe y los grumetillos no tienen que madrugar mucho.
Y mi querido Diario por hoy nada más.
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