Querido cuaderno de Bitácora, tercer día del cuarto y último viaje.
Ayer fue un día intenso. Dormí bien, poco, porque me acosté más tarde de lo debido, pero al menos enlacé seis horas del tirón, con lo que contento.
Hoy he vuelto a llevar a los grumetillos a la Escuela. Y entre medias, hacer cosillas, mientras espero al carruaje que me lleve al muelle donde está atracado mi querido barco, galeón, el KS. Allí embarcaré en mi penúltima travesía para recibir pócimas en alta mar. Qué rápido se han pasado estas casi 10 semanas desde que empezara y estas 14 travesías en alta mar donde he recibido las pócimas. Travesías que hasta la fecha han sido con el mar en calma (ausencia de náuseas y/o vómitos).
Una vez reciba en alta mar, en mi travesía décimo quinta, las pócimas, daré un paseo para almorzar con la GRUMETE Marta. Esa persona, sin la cual, esto hubiera durado mucho más. Su apoyo constante en silencio ha sido vital. Gracias mi reina, como te digo.
Después de almorzar, turno para llegar hasta casa y recibir lecciones de lengua extranjera. Y más tarde, ir a la lavandería del edificio para hacer la colada de las sábanas de los grumetillos. Luego, turno de recoger a Gadea. Y hacer más cosas y esperar al momento de cenar e ir a la cama… a ver si no me entretengo con las cartas y mensajes de la estafeta de correos. Y mi querido Diario hoy algo más corto que mis anotaciones de ayer, pero mañana más.
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