Querido cuaderno de Bitácora, cuarto día del primer viaje.
Hoy era un día distinto, el barco está amarrado en puerto preparándose para la travesía del día 23 de septiembre y mientras, estamos aquí en tierra firme.
Hoy he tenido la visita de otra tripulación, tan maja y atenta como la del KS. Ésta me comenta que tras hablar con la gente del KS, se ha decidido posponer a mañana la extracción del preciado líquido rojo, pues de es forma se puede ver mejor como mi cuerpo reacciona a los líquidos recibidos durante las pasadas travesías. Con lo que al final, mi cuerpo no ha sufrido las posibles leves laceraciones de esa fina saeta extractora de líquidos.
Si que al menos me han traído más pócimas mágicas que ahora me permiten saber que tengo todas listas en casa, para ser tomadas cuando me se me ha prescrito.
Además de traerme esas pócimas, hemos estado charlando y me han estado preguntado acerca de como me encuentro tras las travesías, como duermo y cuanto peso, nunca en mi vida, jeje, creo, puedo decir que coger algo de peso sea motivo de alegría. Ahora si lo es. Las fiebres altas esas raras que empezaran en agosto, pues con las pócimas se quedan en valores por debajo, de momento, de los 37º, cosa buena dicen, al menos yo si lo noto.
Ayer os contaba que nunca había sufrido problemas cuando iba a las letrinas y que empezaba a tenerlos, falsa alarma, todo fue solventado con un poco más de trabajo, pero sin necesidad de polvos mágicos, que me han traído y recomendado tomar los días de navegación.
Por lo demás, poco más que contaros. Creo que tras degustar las viandas, crema de puerros y pollo asado, es una muy buena ocasión para disfrutar de una mañana ventosa, nubosa y fresca. Creo que hoy en vez de pasear por la orilla del muelle, iremos a descubtir nuevas rutas, en busca de sensaciones, rincones, desconocidos de este paraje nórdico.
Mañana con la venida de la nueva tripulación, espero relataros algo más de como sigue, vuestro querido Grumete de Secano.
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