Querido cuaderno de Bitácora, centésimo décimo cuarto día de una nueva vida.
Mi Diario, hoy el día como los demás. Me desperté pronto, me puse el antifaz y a seguir durmiendo… Luego tras el desayuno me fui a dar un paseo por el bosque.
Y Ya llegó la sesión de Yoga medicinal. Tras esa sesión me reuní con la fisioterapeuta para evaluar como estoy tras estas dos semanas. Y como me había sentido en todo. Después turno de la gimnasia en la piscina y la comida. Como siempre tratando de mantenerme con comida sana.
Tras la comida, me reuní con Eva una enfermera que es un cielo. Ayer hubo una charla sobre estrés y sueño, que como es lógico era en Sueco. Pues ella ha tenido la molestia de traducírmela y explicármela. Ha sido muy interesante. Y luego ya se acercaba la hora de salir a trotar un rato. En principio quería salir a correr unos 5 km, pero se me complicó la cosa… me metí por unas pistas que acabaron en senderos con raíces por todos los lados y de vez en cuando muchas piedras… un Trail en toda regla. Y pasando por un camino se me cruzó un ciervo. ME ha encantando. Han sido 11 km. Poco a poco, me voy sintiendo mejor. Hace 164 días del último viaje a alta mar (quimioterapia). Así que me daré por contento.
Tras eso, ducha rápida y paseo a la ciudad que habíamos quedado todos los del grupo, que cenamos juntos en ir a cenar a Sigtuna. Teníamos toda la terraza y restaurante para nosotros solos… Y luego ya vuelta a la clínica que teníamos despedida de la semana con quesos, un poco de salami, jamón serrano o parecido, y fruta. Lo mejor, el poder hablar con la gente un rato, bueno, casi dos horas.
Y mi Diario, esto llega ya a su fin. Como es de justicia, debo darle las gracias infinitas a Marta. Qué ha tenido que hacerse cargo de todo estas dos semanas. Lo digo, y lo seguiré diciendo, no se como puedo agradecerte todo esto. Eres lo mejor que me ha pasado en mi vida. ¡Te quiero muchísimo!
Y mi Diario, nada mas por hoy.
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