Querido cuaderno de Bitácora, duodécimo día de una nueva vida.
Ayer mi Diario, al final fue un día tranquilo hasta la noche. Por el día al final no salí a correr, pero al menos por la tarde con Martín nos dimos la vuelta a la isla vecina de Södermalm. Esos casi 12 kilómetros de bici sirvieron para quitarse esa culpa de no haber hecho lo esperado. Luego, la tarde fue tranquila, montando parte de la prótesis de la mano derecha.
Pero lo “divertido” llegó por la noche cuando me iba a la cama. Pues resulta que voy a entrar en la habitación donde tengo la impresora 3D y había cerrado la puerta. Y… voy a abrirla y veo que el picaporte no responde y que la puerta no abre. Veo por el agujero que tiene el cierre de seguridad que algo pasa y es distinto a los demás. Ya me huelo que esa cerradura iba mal. Bueno, al final consigo tras un rato y desmontando otra cerradura y su picaporte acceder al pestillo y conseguir desbloquearla. Susto inicial vencido. Turno de desmontarla y veo que está bastante estropeada. Al final la solución temporal que pensaba era… la dejo sin cerradura, pero de momento la he montado al revés. Es decir, donde iría el pestillo va el picaporte y al revés. Solución temporal hasta que hable con los dueños para arreglarla. Ay…. Sustillos de un domingo por la noche. Menos mal que algo habilidoso y mañoso soy.
Hoy mi Diario creo que volveré a coger la bici y dar un paseo largo. No sé cuánto andaré, ni por dónde. El caso es hacer algo de ejercicio y creo que intentaré ir por zonas nuevas por ls que nunca he ido. Todo esto tras dejar a los grumetes en la Escuela.
Empezamos hoy la que será mi última semana de baja médica antes de que me reincorpore el día 3 a la oficina. Atrás van quedando las semanas donde de una forma u otra tenía algún tema médico, bien quimio, bien analítica, bien revisiones. De momento hasta la semana del 19 de febrero reinará la calma médica, o eso espero.
Y por hoy mi Diario, nada más.
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