Querido cuaderno de Bitácora, noveno día de una nueva vida.
Mi Querido Diario, ayer fue un día sin grandes novedades. En el paseo de la mañana en bici fui por zonas ya exploradas, pero que me gustan porque son tranquilas. El lago de Nacka, luego cruzando la ciudad hacia la isla de Djurgarden, para acabar en la oficina para comer con mi media naranja. Al llegar a casa más o menos recorrí en el día unos 40 kilómetros, así que muy contento. Por la tarde Marta y yo vaciamos alguna caja más. Ya van quedando muy pocas.
Hoy el día se presenta con una temperatura más elevada que la de ayer. Hoy toca desayunar antes, pues debemos llegar a la piscina antes de las 8.15, hora en la que los grumetillos de la clase de Gadea tienen que entrar al vestuario, pues a las 8.30 empiezan sus clases de natación. Ir en bici hasta la piscina y volver a casa supone un poco de ejercicio mañanero, unos 7,5 kilómetros. Después quiero salir a trotar, hoy no toca probar cómo responde el corazón ante una mayor exigencia de ritmo. Hoy será día de trote. Ritmo tranquilo. No sé ni cuánto tiempo estaré corriendo ni la distancia. Correr por sensaciones. Correr para disfrutar. Seguir recargando el cuerpo y la mente. Ya quedan menos días para poder volver a la oficina. Después de correr, pues turno de reposar en casa, pero intentando hacer cosas pendientes. Y luego ya por la tarde turno de pensar en el fin de semana. Para mí el fin de semana supone tiempo de estar todos juntos. Tiempo de disfrutar de la familia y de los amigos. Y por hoy mi querido Diario, nada más.
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