Querido cuaderno de Bitácora, undécimo día del quinto viaje.
Ayer al final el día fue muy completo. Gran día. Por la mañana el TAC en el horario y tiempo previsto usando el catéter (Porth-A-Cat), con lo que genial. Luego las entrevistas con la gente de oncología infantil, creo que fue mejor de lo esperado, con lo que puede que sí que cuadre hacer #ChemoBox. Confiemos en que sí. Y mi cumple, qué decir, cuánta gente me ha felicitado. Y lo mejor, que al final se han animado unos cuantos más y hemos ayudado y aportado un granito de arena a CRIS contra el cáncer.
Hoy el día, por fin, amanece sin lluvia. Fresco, sí, pero estamos cerca del círculo polar ártico y estamos a 19 de diciembre. Esto no es el caribe, jeje. Pero al menos podremos dar un paseo abrigados sin agua. Ayer al final, el paseo lo di por la tarde. Pues al salir del Hospital llovía y hacía viento, por lo que cogí taxi a casa, para comer, reposar y luego dar paseo. Hoy pues dejaré a los grumetillos, esperaré la llamada de la tripulación de tierra que no sé si solo viene con contramaestre o viene también un Capitán para hablar de mi neuropatía en las manos y de los granitos y picor en la cara. Con una crema de hidrocortisona parece que mejora algo. De los resultados de la extracción de mi preciado líquido rojo, pues a esperar a la tarde. Suponemos que la hemoglobina subirá algo, no mucho. Y de las defensas, pues veremos a ver. Mi pobre médula ósea anda cansada de la paliza que le han dado las pociones en alta mar. O al menos eso me ha dicho la contramaestre Lisa cuando hemos hablado de ello.
Y por hoy poco más.
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