Querido cuaderno de Bitácora, décimo quinto día del cuarto y último viaje.
Ayer el paseo de la mañana fue algo más corto, desde casa al barco que nos llevó al restaurante. Paseo corto, fresquito cuando había algo de brisa, pero agradable. Luego ya el trayecto en el barco estuvo bien, corto, pues el restaurante está en mi querida isla de Längsholmen, residencia de verano de Lars Olsson Smith (https://en.wikipedia.org/wiki/Lars_Olsson_Smith) según nos dijeron en el restaurante, este señor es famoso por el vodka ABSOLUT. Fue su creador. También había sido la casa del director de la cárcel. La comida típica de Suecia de navidad, donde en formato buffet te ponen arenque en muchísimas formas, embutidos, quesos, salmón en muchas formas distintas, atún, carnes, diversos tipos de coles, etc… más de una decena de platos donde poder elegir. Y luego turno de postres, helados y golosinas. Lo más importante no fue comer esa comida o en esa casa, sino hacerlo con Paula y Rafa y los niños. Esos momentos que se comparten son lo importante de la vida.
Después de la comida, turno para volver a casa dando un paseo ya con frío. Descansamos un poco y preparamos las viandas para la cena.
El día amanece con solo -5º, poco a poco estos días nos recuerdan que el invierno está cada vez más cerca. He descansado unas 7 horas. Como Marta está aún de vacaciones, tras dejar a los grumetillos en la escuela, nos iremos a dar un pase, luego ya hacer cosas en casa y disfrutar de la compañía. Intentaré, si se tercia, estudiar idiomas.
En cuanto a cómo me encuentro, hoy arranco la que será mi última semana del último ciclo de quimioterapia. Eso desde el punto de vista de las medicinas es el punto de inflexión para dejar de tomar por un tiempo mis 75 mg de prednisona cada día. Esta pócima la tomaba las dos primeras semanas de cada ciclo, descansando la tercera, es parte de la quimioterapia BEACOPP, una de esas P, es la prednisona. Pues eso, desde hoy otra menos. ¡Bien!
Y mi querido mañana algo más.
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