Querido cuaderno de Bitácora, sexto día del segundo viaje.
Ayer el día acabó como lo esperado. Salvo que como era viernes, pues nos acostamos todos un poco más tarde. La noche pues ha sido como las anteriores. Dormir unas 4-5 horas y luego turno de lectura y después a dormir otro poco.
Amanece y parece que aún no llueve, pero todo está mojado. Tras el desayuno he dado un paseo. Siempre intento todos los días hacer algo de ejercicio. Aún el cuerpo de este grumete tiene energía para poder moverse. Y siguiendo siempre los consejos de la tripulación de que mientras pueda, lo haga. Así lo haremos, pero sin llegar a situaciones de mucho cansancio. Los paseos ayudan tanto al cuerpo a regenerar células y reforzar el sistema inmunitario como a algo que es también muy importante. Al pasear estás fuera de casa con lo que la posible, y lógica, tendencia a pensar en la enfermedad. Estos pensamientos se difuminan más viendo paisajes, gente, mundo fuera de cuatro paredes. En mi caso, me ayuda el pasear o ir en bici y capturar escenas con la cámara. Es muy importante lo físico, pero no olvidemos lo psíquico.
Luego iremos a hacer la compra y la comida y pasar la tarde tranquilamente.
Y mañana os cuento qué tal hemos acabado el día y pasamos la noche.
Y mi Querido Diario, mañana seguro que algo más.
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