Querido cuaderno de Bitácora, décimo día del primer viaje.
Ayer, tras el paseo con el que puedo decir que disfruté mucho de la naturaleza, volvimos a una rutina que será la tónica general de los días en tierra sin travesías. Es decir, dar un paseo, llegar a casa y preparar las viandas para comer; administrarme los líquidos en mi abdomen; descansar hasta la llegada de los grumetillos; ayudarles si procede con las tareas de la Escuela de grumetes; tomar viandas, etc. hasta la llegada de la hora de cenar y dormir.
Ayer se presentó la novedad que tendré 4 días de cada 21. Ésta es la de añadir un líquido más subcutáneo al que ya me aplicaba. La diaria es para que mi preciado líquido rojo no se espese, y ésta nueva es para que mi cuerpecillo se vea estimulado en la generación de más defensas. Tanto líquido y pastillas recibidas durante las travesías hacen que la sangre se vaya deteriorando. De ahí que los paseos hagan que el cuerpo se oxigene y ayude también a esa tarea de regeneración. Esto es algo vital por lo que me comentan e insisten los miembros de la tripulación. En momentos en los que se aplican tantos líquidos, cuanto más activo se esté, se mejora cuerpo y algo vital en procesos largos, la mente. Aprovechando las actuales fuerzas les haremos caso.
Esta noche es algo más larga de lo normal, mi “amigo” el insomnio vuelve a acompañarme. Algo que creo será compañero de viaje y fatigas durante este proceso de días de mar y tierra. Paz y ciencia como dicen algunos.
Hoy ha amanecido cubierto y amenaza llovizna. Esto no impide que procedamos a dar el paseo de rigor.
Como me he despertado pronto a los grumetillos Gadea y Martin, les he hecho unas viandas diferentes a las diarias…
De cara al paseo, pues cambio de indumentaria y rumbo hacia otras zonas de tierra e islas donde poder visitar nuevos rincones. Durante el paseo en aras de mantenerme con energía seguimos tomando viandas, que hacen más llevadero el paseo, parándonos donde sea menester y disfrutando del paisaje y el paisanaje. Ambos, completamente distintos a los de mi tierra de procedencia. Tierra que para quien no lo sepa es Valladolid. Tierra de buena gente seria. Digo que soy de secano, pues así es mi tierra. Tierra que fuera en tiempos pasados parte de Castilla La Vieja, lugar de grandes mares de cultivo de cereal.
Y el paseo va tocando a su fin. Con zonas visitadas distintas a las de ayer. Repitiendo la rutina de comer, reposar y luego nutrir alma con lecturas, inicio de “proyectos” de tratar de hacer modelos digitales en tres dimensiones de diversos objetos. Cosas que ayudan a que el tiempo pase de una forma más ágil.
Y creo, Diario, que por hoy es suficiente. Mañana jueves se espera la llegada de la tripulación que me visita clásicamente los jueves en casa, para llevarse muestras de sangre, y acompañarme un rato. Momento en el que si procede me traen pócimas o hablamos de cómo me encuentro. Ya os contaré cómo acaba el día de hoy y transcurre la mañana del de mañana.
bra!