Querido cuaderno de Bitácora, séptimo día del primer viaje.
Hoy no ha pasado nada extraordinario dentro de como me encuentro. Seguimos muy animados y disfrutando de paseos en soledad y en compañía de amistades que bien valdrían una vida. Los días en tierra firme, toca recarga de cuerpo y alma, para poder afrontar las travesías de la mejor de las formas posibles.
Ayer en vista de que la estafeta de correos empezaba a estar desbordada, por todas esas muestras de ánimo de familiares y amistades, decidí, junto con la ayuda de un gran amigo; lanzar un medio de comunicación por el cual la gente pueda mostrar sus ánimos, dudas, etc. Y para mi, si este medio sirve para que tan solo una persona además de a mi le pueda ayudar, todo el esfuerzo que dedique merecerá la pena. Estas cosillas me nutren y me llenan para seguir navegando con más y más ganas.
Querido diario, te confieso que en estas líneas pretendo plasmar cómo me estoy encontrando en ésta, mi nueva etapa de la vida. Es por ello, que seguro dentro de un tiempo cuando te lea de nuevo siga emocionándome y llorando como lo hago ahora. La vida es caprichosa y nos depara sorpresas agradables y menos agradables, pero que en el fondo, creo, debemos aprovecharlas para crecer aún más si cabe en todos los sentidos, cojamos las cosas que nos den fuerza y dejemos las que no.
Esto que aquí plasmo creo que me aplica a mi como con a mi media naranja, compañera de fatigas, amada, y siempre dispuesta Marta. Persona increíble, amable, que siempre está dándome apoyo y aguantando mis gansadas, excentricidades, etc. Cariño, creo que nunca podré agradecerte lo suficiente a ti y a Dios, el hecho de habernos conocido y poder estar juntos. Mil veces gracias. Te quiero mucho.
Pasado este momento de confesión y descarga de emoción contenida por esta travesía, Diario, queda pensar en que hoy volveremos a dar un paseo en compañía, si el tiempo nos deja. Así es la vida de los fines de semana, más llevadera que la de entre semana por el menor tiempo de soledad.
Y cómo Domingo que es, tras las viandas del desayuno, toca planificación y organización de las pócimas mágicas en forma de pastillas de toda la semana que viene. Esta tarea nunca pensé que me tocara hacerla tan joven… se la veía a mis mayores. Pero ya ves, Diario, nunca es tarde. Quizás por mi cariño a las tablas de datos, a los manejos de cifras que durante mi etapa de ingeniero ha tocado y toca lidiar; esta tarea organizada de antemano en una tabla, hace de este momento, algo sencillo, rápido y seguro. Dentro de esta travesía en mar y en tierra, tendré días de tomarme más pócimas sólidas (12 pastillas) con las viandas del desayuno, que viandas propiamente dichas. Otro día te cuento que suelo desayunar.
Diario, mañana día 23 afrontamos otra travesía con nuevos líquidos desconocidos que me ayuden a llegar pronto al ansiado destino final. Veremos si es un día de calma o de marejadilla.
El KS estará listo con su tripulación para zarpar rumbo a esa nueva, desconocida y apasionante travesía.
Quizás no lo dijera en su día. Con el KS, daremos travesías a lo largo de este tiempo. La forma de éstas será la de dar cuatro travesías cada 21 días. Las travesías o salidas a alta mar donde recibimos los líquidos mágicos son los días primero, segundo, tercero y octavo de cada 21 días. Repitiendo este proceso de nuevo tras acabar los 21 días primeros. Cabe destacar que en el día 19 nos reunimos con el capitán y evaluamos cómo han sido las casi tres semanas anteriores; y cómo tras extraerme y analizar ese líquido valioso rojo, voy asimilando este proceso. Si de esos datos junto con la pericia del capitán se decide reemprender travesía en el día 22, pues se reinicia un ciclo o “kurse” como dicen en la lengua local. Que los datos indican que es mejor esperar, pues se espera antes de que se puede salir a alta mar con riesgos de que un temporal pueda abrir una via de agua en el barco y retrase aún más el viaje o requiera de auxilio urgente. Quizás, Diario, te he liado más que aclarado.
Diario, creo que por hoy es suficiente. Mañana tras la travesía podremos contar que tal acabó el domingo y como hemos zarpado y llegado a puerto.
A seguir navegando, Grumete!!