Querido cuaderno de Bitácora, tercer día del primer viaje.
Hoy el día se ha levantado fresco y ventoso, vientos del norte empiezan a enfriar estas latitudes. La noche ha sido buena, y en este camarote se ha podido descansar. Al final ayer tuvimos la fortuna de no tener movimientos en el barco que provocaran mareos o náuseas.
Una vez que arribamos a puerto, fuimos a dar una vuelta en un artilugio raro… dos ruedas con un bastidor o chasis metálico… el caso es que tras saber manejarlo, me di una vuelta a la isla, ayudando a que esos líquidos “mágicos” desaparezcan antes y poder dar rienda suelta a pensamientos sobre la vida en esa Isla destino final de esta larga travesía, con la Familia y amigos.
Luego ya la tarde aconteció en familia. Preparación de viandas varias, algunas para la cena y otras para la comida de hoy.
Y luego turno de dientes e ir a descansar, pues hoy toca zarpar en la mañana rumbo a otra aventura misteriosa. Ayer la tripulación me contó que en esta travesía de corta duración llegaríamos a un nuevo puerto donde el KS permanecerá amarrado hasta zarpar el próximo día 23. Entre medias sólo tendremos el 19 la visita en mi camarote de unos tripulantes de otro barco que vendrán a ver como estoy, darme pociones mágicas y llevarse sangre a cambio… ¿Será que mi O+ lo venden?
Bueno, ya amanece y mi fiel y amada compañera ya está rumbo al trabajo, y los grumetillos a punto de despertarse. Momento de viandas mañaneras y de prepararse para acompañarles a la escuela de grumetes.
Para luego, Yo acabar de recoger y prepararme para el momento en el que el carruaje venga a llevarme y dejarme en frente del KS. Durante la espera del carruaje, es en estos momentos donde de normal suelo ir a las letrinas regularmente pero los líquidos o pócimas mágicas no me dan esta oportunidad… Ya me advirtieron de que podría pasar. Tocará buscar viandas que ayuden a mejorar este “tránsito”.
El carruaje ha llegado y, aquí estamos otra vez en el muelle en la pasarela de acceso al KS, tercera vez en esta semana, que zarpamos rumbo a aventuras desconocidas.
Mi querida contramaestre me saluda como estos días con esa dulzura que me hace que las travesías sean más sencillas. Y allá vamos al lío de prepararnos para poder tomar esos líquidos que durante estas travesías harán que podamos llegar al puerto final contentos.
El tiempo pasa y la travesía se hace en calma, no hay vis
os de marejadas, vientos fuertes que hagan que esta nave zozobre y yo por ende me tenga que asomar a la borda para evitar manchar la cubierta.
Y el puerto está allí, ya se ve, otro día, otra aventura a bordo, que ha pasado. Tres días seguidos de travesías de distinta duración. Tres días menos para llegar al destino soñado final.
Atracamos en puerto, y me despido de la tripulación y de mi contramaestre. Pues no nos vemos hasta el próximo 23 en busca de otra gran jornada de aventuras.
Por fin, llega el carruaje que me lleva al sitio de descanso. Momento para poder degustar esas viandas y en función de las energías dar un paseo o probar ese artilugio con dos ruedas que me traje del puerto anterior.
Intentaremos estos días sin travesía contaros como es un poco el día a día en puerto sin estar en el KS.
Mañana viene, como ya os conté, otra tripulación, pero esta vez a nuestro lugar de descanso para traerme pociones, ver cómo estoy y llevarse ese preciado aunque imperfecto, de momento, líquido rojo 0+.
Mañana os cuento un poco más de cómo me ha ido con esta nueva tripulación asistencial.
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