Querido cuaderno de Bitácora, décimo octavo día del primer viaje.
Pues ayer vino la tripulación de tierra a por la sangre, ese famoso preciado líquido rojo de mis pasadas anotaciones. La mujer que vino, me pidió que en vez de hablar lenguas extranjeras, lo hiciéramos en castellano. A lo que accedí gustosamente, pues así para ella es una forma de perfeccionarlo y para mí es más sencillo. Como ya os dijera, no solo vienen a hacer la extracción, que realmente es el objetivo fundamental de su visita. Sino que además es un momento de diálogo en el que conversamos y hablamos de muchas cosas, ¿terapia lo llaman?
Una vez que se marchó ella, aquí a este tipo de tripulación los llaman “Sjuksköterska”… procedimos a dar un paseo -el lunes recorrí 9,7 km y el martes 10,5 km- esta vez, unos 8 km. Hubo que hacerlo a ritmo ágil pues el cielo amenazaba lluvia, como al final así ocurrió. De hecho en breve amanecerá y sigue lloviendo. Después del paseo me dispuse a comer y hacer recados.
Ya por la tarde, pude ver que de esa extracción de la mañana ya teníamos resultados provisionales y todo parecía mostrar que los valores de los indicadores de defensas habían subido bastante. La dieta y el ejercicio unido a esas inyecciones que os contara la semana pasada que me apliqué, G-CSF lo llaman, han hecho que casi con total seguridad mañana viernes reciba ya los pasajes para poder empezar el lunes el segundo viaje. Mañana viernes el capitán del barco me dirá.
Después por la noche tocaba preparar las viandas. A mí se me antojó cenar “Sopas de ajo”. Así que hice sopas de ajo. Dicen que son buenas cuando llega el tiempo frío, además de ser muy buenas y completas para afrontar todo tipo de travesías.
La noche, como la de ayer. Durmiendo unas 5 h, parón de un rato con mi “amigo” y otro rato de sueño.
Ya está amaneciendo y sigue la lluvia. Después de dejar a Gadea en la Escuela de grumetes, esperé a un carruaje que me lleve al Barco. Esta vez, con mi preocupación desde hace días por mi peso y dieta, pues la tripulación del barco decidió que lo mejor era controlar ambos. Seguro que cuando les muestre y cuente lo que como y cómo voy de peso, todos estemos tranquilos. Gracias a Laura, una Amiga que mediante estos medios “digitales” nos ayuda desde la distancia en esto, estamos en una buena situación de energía, peso y en el fondo, de ánimo. Veremos qué opina el capitán de “nutrición” del barco.
Después, cuando pise tierra firme, pues como no llueve mucho, camino de vuelta a casa andando, serán unos 7-8 kms por calles y lugares distintos. Creo que me daré un capricho en forma de comida…
Por la tarde, volveremos a las rutinas de siempre, aguardando con impaciencia a ver qué dice mañana el capitán del barco. Deseando recibir esos pasajes para el día 7 zarpar en ese nuevo viaje. Viaje que ya será menos nuevo que el primero. Pero que afronto con la misma o más ilusión que aquel. Los líquidos están haciendo efecto y eso en el fondo es lo esperado. Muestra del efecto es que ando con la cara algo más rellenita y la almohada tiene por las mañanas restos de mi caída otoñal de “hojas”… Cosas ambas pasajeras, pero que suele ser normal cuando se reciben líquidos, o como lo llaman, quimioterapia.
Diario, creo que por hoy no te cuento nada más. Gracias por estar conmigo en esta apasionante travesía de mi vida.
Venga, que se te ve con muy buena cara, y parece que con mucho ánimo.
Un abrazo enorme
Vamos Nacho!!!!💪🏻💪🏻💪🏻