Querido cuaderno de Bitácora, duodécimo día del primer viaje.
Ayer más o menos transcurrió el día como lo esperado. Tras irse la tripulación de tierra con la sangre, procedimos a cerrar algún asunto y acto seguido a preparar las viandas, comer y salir a pasear. El tiempo era propicio para ello. De hecho salió tarde de paseo y fotografía. El recorrido pues un poco más largo de lo habitual visitando nuevas islas que durante esta nueva etapa de mi vida no había visitado.
Por otro lado, de la extracción de líquidos de la mañana pudimos, con la primera información disponible, comprobar que los líquidos recibidos en alta mar están trabajando a nivel interno. Días donde las defensas del cuerpo llegan a valores ínfimos y toca extremar precauciones y no bajar la guardia. Queremos que esta travesía discurra según lo planificado. De todas formas, es algo ya anunciado por la Capitana, allá cuando este viaje comenzara el 4 de septiembre. Y lo que hemos hecho en casa es cambio de alcoba, para estar solo por la noche.
Por lo demás, para “el amigo insomnio” aún no he recibido cambio de pócimas. Supongo que hoy viernes reciba en la estafeta un aviso con más información.
Y hoy, viernes, se plantea como un día más. Tras las viandas mañaneras, salir a pasear, más corto hoy que ayer, y luego cerrar asuntos varios.
Querido diario, mañana te comento cómo ha acabado este día duodécimo del primer viaje de esta nueva etapa de nuestra vida.
Debes ser identificado introducir un comentario.