Querido cuaderno de Bitácora, trigésimo tercer día del quinto viaje.
Ayer, qué decir del día. Comenzó muy pronto con la gente de la mudanza llegando a casa a las 7.00 AM. Se irían sobre las 11. Tiempo entonces de ordenar cosas, abrir lo urgente y pensar en lo que queda. La casa parece un campo de batalla. Al mediodía, volver al piso viejo y acabar de traer cosas que faltaban que no queríamos que la gente de la mudanza trajera. Cosas de comida del frigorífico y más delicadas. Poco a poco la casa volverá a la normalidad.
Hoy mi Diario, aún no ha amanecido. Los grumetillos siguen durmiendo. En un rato los levantaré. Hoy es un día distinto, comienzo de otra etapa en Suecia. Después de desayunar iremos a la escuela en bicicleta. Será algo nuevo. Martín irá en su bici y yo con la grumetilla en la espalda. Primer día, saldremos con tiempo. Después de dejarlos en la escuela, iré a mi querido KS a que me extraigan mi preciado líquido rojo. Hoy se supone que es una analítica completa con la que podremos ver un poco mejor cómo ha ido respondiendo el cuerpo a todo el tratamiento. Y ver también cómo en estas casi 6-7 semanas sin excursiones en alta mar (sesiones de quimio) el cuerpo se ha ido recuperando. Después de dejar el barco, no sé qué haré. Si acercarme por la oficina o volver a casa a deshacer más cajas y correr. Según vaya pasando el día se verá.
Y mi Diario, por hoy nada más.
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