Querido cuaderno de Bitácora, segundo día del tercer viaje.
Ayer entendí por qué recomiendan todos el catéter del tipo que sea, en mi caso el reservorio, subcutáneo o port-a-cath. Es muy seguro, ayuda a que al meter las pócimas líquidas en las venas, éstas no se dañen, te evitas el rollo de tener que ir buscando venas para poner las vías y te permite tener los brazos libres durante el proceso. Otra por ejemplo, en mi caso del reservorio, que sí o sí, para acceder a él tienen que pinchar la piel, me lo pusieron ayer y me lo quitan el jueves, con lo que ese «pincho» y su laceración en la piel, es solo una vez en estos 4 días. En fin, era reacio por las molestias que he tenido estos días, pero es una muy buena opción. Si alguna vez os pasa, no lo dudéis, que os lo pongan.
La tarde de ayer pasó como de costumbre, llegar a casa tras el paseo, descansamos, preparamos las viandas de la cena y luego nos fuimos a dormir. Esta noche, creo que por efecto de la pócima llamada prednisona, pues tuve un pequeño desvelo de unos 15-20 minutos y luego otra vez a dormir, por lo que muy buena noche de sueño.
Y hoy ha amanecido como ayer, despejado y bajo cero. No hay nada como buenas prendas, como repito mucho, para no poder pasar un mal día. Turno de preparar las viandas del desayuno, llevar a los grumetillos Gadea y Martín a la escuela y luego esperar al carruaje para embarcar en el KS en otra apasionante jornada en alta mar. En el caso de hoy y mañana, es cortita. Me administran un líquido solamente y luego el suero de limpieza y ale, a llegar a puerto.
Después de llegar a puerto, turno de andar un poco hasta llegar al próximo apartamento, donde hemos quedado para cerrar flecos y poder firmar cuanto antes. Después iremos a casa, comeremos algo, y quizás turno de dar otra vuelta por mi isla y esperar a llegar a la hora de recoger a los grumetillos. Y luego lo clásico de descansar, preparar las viandas de la cena y dormir. Mi querido Diario, mañana mas.
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