Querido cuaderno de Bitácora, cuarto día del cuarto y último viaje.
Ayer acabé las travesías a alta mar por esta semana. Ya sólo me queda una más, el próximo día 25 de noviembre. En el octavo día de este cuarto viaje la tarde discurrió como os anticipara ayer. Y volví a acostarme tarde, tras otra vez decirme desde la estafeta de correos que tenía muchos mensajes por recoger, leer y contestar. Pero lo bueno es que he conseguido dormir unas 7 horas, por lo que contento y descansado.
El día ha amanecido nublado y con amenaza de lluvia por la tarde. Veremos en qué queda. Tras dar el desayuno a los grumetillos y acompañarles a la Escuela, me he dispuesto a andar un poco, no más de 5-6 km. para llegar a casa a tiempo de que venga la tripulación de tierra a por mí preciado líquido rojo y a traerme pócimas para poder afrontar los siguientes días de este viaje. Luego trabajaré un rato y me prepararé la comida. Hoy será potaje de espinacas con garbanzos y alubias con un poco de morcilla de Burgos, cortesía de mis contramaestres Adela y Puri.
La tarde toca esperar a que llegue el grumetillo Martín y que pase el tiempo para recoger a Gadea. Y luego lo típico de siempre, preparar la cena y esta vez sí, intentar acostarme a una hora decente. Y mi querido Diario mañana más.
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